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6 horas de París

Más que una escuela de patinaje / Irristaketa eskola baino gehiago

6 horas de París


Este año, Jesus y Amale también han estado en las 6h de París, junto con Carol, que nos cuenta sus impresiones de esta prueba de resistencia.

El año pasado conocí de la existencia de esta carrera y me apetecía hacerla, aunque no me cuadró el plan. Este año no entraba en mis planes y a ultimísima hora y de casualidad ¡ha sido que sí!

El finde anterior al de las 6h, en la comida post-carrera de Villabona, Inma de Roller Bilbao me dice que van unos cuantos, Jesus y Amale que ellos también, que aun no se ha cerrado el plazo de inscripción, que venga anímate… Vaya, ya me está picando el gusanillo.

Jesus me dice que van en plan de furgoneteo y que hay hueco para mi, pero que ya no hay plaza de solo para la carrera. Vale, tiene que ser dúo, así que necesito un compañero. Francis se encarga de la inscripción y está medio animado a unirse, así que «Bikote razintin» ya está apuntado para la aventura.

Finalmente Francis no viene, así que tenemos dos dúos para tres. Decidimos que Amale haga sola y Jesus y yo en dúo, con la idea de ir rodando siempre con ella.

Carol, Jesus y Amale sonrientes en el circuito de las 6h de París

La carrera es en el Bosque de Bolonia (Bois de Boulogne), al oeste de Paris y con la Torre Eiffel a tiro de piedra. Es un sitio muy agradable, bastante sombreado y con buen asfalto en general. Llegamos a las 9 al parking que tiene preparado la organización y nada más entrar nos encontramos con «Sixties», compañero de «solos» de Amale, que nos hace de anfitrión (está en la organización y no patina).

Vamos a por los dorsales y elegimos sitio para montar el campamento en la recta de relevos. Los franceses en general montan unos txiringuitos tremendos, con carpa y todo. Nosotros vamos en plan más modesto, mesa, un par de sillas y la caja de víveres, y nos ponemos debajo de un árbol bien grande que nos garantiza sombra todo el día.

No hay tiempo para mucho más, un vistazo rápido a las tiendas, comprar unas ruedas, un café con bizcocho gentileza de la organización, ponerse patines, vuelta de reconocimiento y a las once estamos listos para empezar.

Jesus y yo tenemos una estrategia tremenda: empiezo yo, nos turnamos cada vuelta y ya ajustaremos sobre la marcha si hace falta. El circuito es de dos kilómetros y pico y casi llano, muy agradable de patinar. La única dificultad está en la recta de relevos, que es bastante larga, algo estrecha y se monta un poco de «cristo», pero bueno, teniendo cuidado no es mayor problema. La vuelta a ritmo de Amale me cuesta unos seis minutos, entre que llego a mi sitio después del relevo y bebo agua, ya me toca otra vez. ¡En mi cuarta vuelta ya estoy doblada! Paso, no sigo a Amale… Yo voy a tope y ella tan fresca.

Jesus marcando el ritmo en un momento de la prueba

foto: Christine Dumouchel

Es el momento de cambiar la estrategia, Jesus dará cuatro vueltas seguidas y yo tres. Mis primeras tres las doy sola, pero ya para mi siguiente turno Amale ha bajado un poco el ritmo y ya la puedo seguir. Ahora sí, ya muy a gusto hasta terminar las seis horas.

Por si os estáis preguntando cuándo paró Amale, os diré que no paró. Se hizo las 6 horas de tirón, y si hubiera estado inscrita en la categoría de solo en lugar de dúo, hubiera sido la tercera mujer . ¡Una campeona!

Amale y Carol tirando de un grupo

foto: Christine Dumouchel

Resumiendo después de la txapa, carrera que merece la pena. Está un poco lejos, pero juntando unos pocos días es un buen plan. Espero que os haya gustado mi experiencia y que el año que viene vayamos muchos más.

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