La Invernal-Motorland. Una gran experiencia para repetir
La invernal-Motorland de Alcañiz. Resistencia en patines bajo cero
La invernal-Motorland de Alcañiz. Resistencia en patines bajo cero
La primera cita del año, en circuito, al aire libre, en enero y en Teruel, ¡qué frío!
Este año, Ray y yo decidimos acercarnos a Alcañiz, a probar el circuito del que tanto nos han hablado Amale y Jesus. He intentado traerme el jamón, pero cada año se pone más difícil de conseguir. El nivel va subiendo 😉
Allí estábamos, en Alcañiz, con nuestros miedos en la mochila, que no eran pocos: frío, circuito con bajadas rápidas, 4 horas de prueba y poco entrenamiento… pero unas ganas tremendas de enfrentarnos a la prueba.
Al levantarnos, lo primero del día, mirar la climatología y decidir la ropa. El cielo estaba despejado y en los coches una capa fina de hielo, menos de lo que me esperaba. Así que el frío no debía ser excesivo. Apostamos porque no había que pertrecharse con demasiada ropa.
La prueba comienza a las 9:30 de la mañana y estaríamos a 0ºC. El frío se te mete por todos los sitios; hay ganas de comenzar para entrar en calor.
Ya en la línea de salida (patinadores y corredores de la maratón a pie), nos juntamos con Amurrio Patin (Ixalu, Inma, Silvia, Sergio…). Se encienden las luces y comienza la cuenta atrás. ¡Como los de pros de las motos!
No conocíamos el circuito, estábamos fríos, Ray no sentía los dedos de las manos,… ¡Qué nervios! La primera vuelta era de reconocimiento y calentamiento porque, con 4 horas por delante, el calentamiento decidimos hacerlo en la misma prueba.
Descubriendo el circuito
Las luces cambian a verde dando comienzo a la prueba de resistencia. Desde atrás (la primera línea se la dejamos a los pros…) vemos la estampida de patinadores que cogen la primera curva a izquierda. Nosotros pasito a pasito, en modo “toma de contacto” con el asfalto.
Tras la primera curva descubrimos LA CUESTA (así, en mayúscula, que se lo merece). Es una cuesta de 1,3 km con pendiente de hasta el 5,4%, que durante las primeras vueltas se lleva bien, pero termina pareciendo el Everest 😉
La cuesta puede dividirse en dos tramos: la primera mitad es la más pronunciada, son unos 900m donde está el puesto de avituallamiento; a partir de ahí la cuesta se suaviza un poco y por fin llegas a la cima. La patinada se disfruta más pero dura poco el disfrute; el tramo llano se termina y ¡no sabes qué es lo que hay al final! De repente, dejas de ver el asfalto. ¡Ah! Aquí tiene que estar el famoso “Sacacorchos”. Nos acercamos frenando hasta ver el trazado de la bajada con las dos curvas, la primera a derecha y la segunda a izquierda.
Ray se deja caer controlando la velocidad y yo comienzo el descenso frenando hasta ver el final de la bajada para dejarme caer. “¡Bien! ¡Lo he conseguido! Y esto otras tantas veces… Puedo conseguirlo. Hoy aprendo a hacer bajadas, seguro” me digo. Esta es la vuelta de reconocimiento. Vuelta a vuelta me iré soltando.
La rápida bajada termina en otra subidita; otro par de giros y vemos la larga recta en bajada. Aquí todo es rápido, excepto la subida 😉
Es una recta de 1,3 km a la que llegas tras una curva izquierda de 90º para enfilar la bajada de 1km que termina en una subidita de 300m. En la recta te da tiempo a todo: estirar lumbares, ver el paisaje, ver a los corredores de la maratón, mirar el reloj para ver la velocidad, incluso también a darle si lo que quieres es coger velocidad. Los trenes que te pasan te despegan las pegatinas… Es el punto más rápido del circuito.
En esta recta puedes coger la velocidad que quieras, siempre que el viento te lo permita. No nos hizo casi viento, una suerte, pero la verdad es que no puse a prueba mi velocidad máxima. Intenté conservar fuerzas desde el principio y descansaba en este tramo. La recta termina en una curva cerrada de casi 180º. Otro par de suaves giros en suave cuesta y vuelta terminada. Son 5,3 km por vuelta. Ahora, ¡a volver a empezar otra vuelta!
Una prueba larga
Durante las primeras vueltas íbamos juntos Ray y yo: él se me escapaba en las bajadas y yo tiraba en las subidas. Así las 5 primeras vueltas que, en tiempo, fueron unos 70 minutos, a 12min/vuelta aproximadamente, cumpliendo el objetivo que me había puesto para poder acercarme a las 16 vueltas hechas por Amale en la edición anterior. A partir de ese momento hicimos la prueba por separado.
Vuelta tras vuelta, mi cabeza automatizó el circuito y en cada tramo me repetía consignas para aplicar las recomendaciones que Ray, Francis, Roberto, Nico, Jesus, etc, me habéis ido dando desde hace años (¡muchas gracias!). Conseguí marcar ritmo y patinar bastante regular cada vuelta. En la última hora el ritmo bajó, las fuerzas empezaban a escasear.
La consigna reina del día fue: “Mira a dónde quieres ir y el peso en su sitio”. Cada vez que llegaba al Sacacorchos me lo repetía una y otra vez hasta superar las curvas. Y ¡funcionó!
A eso de las 2 horas y media de prueba, empiezo a sentir mis pies. “¡Uy! Este dolor me da que son rozaduras. Pues no puede ser esto lo que me pare…” Seguí dándole y me olvidé de los pies. Esto me recordó que no debía quedarme sin energía y que hay que rellenar las reservas antes de agotarlas. Así que a partir de este momento fui comiendo las gominolas energéticas que nos regalan en los 15km, aderezándolas con agua o aquarius cada vez que pasaba por el avituallamiento.
En cada paso por meta buscaba a Ray y no lo veía en toda la recta, así que suponía que seguía en pista. En mi paso por meta, cuando concluía la hora 3, lo vi esperando para animarme y avisarme que daba por concluida su prueba. Pero no fue así, aún patinó 3 vueltas más. Se había parado porque, por primera vez, tenía calambres pero los sabios consejos de Eduardoritos le permitieron recuperarse y salir a pista otra vez.
A falta de 12 minutos para cumplirse las 4 horas de prueba pasé por meta. Concluía así mi vuelta 14, ya sólo me quedaba tiempo y fuerzas para una vuelta más. Al final de la recta veo a Ray junto con los integrantes de Amurrio Patín animándome.
La satisfacción del reto conseguido
Encaro la subida, mi última subida en esta edición de La Invernal. Ahora era como escalar una pared. Las fuerzas ya no daban para mucho más, pero era la última vuelta y había que completarla. A pesar del agotamiento que llevaba encima, iba disfrutando de cada paso, de cada tramo que recorría. En el giro de 180º de final de la recta de contrameta veo que Ray viene por detrás: “¡Bien! Ha salido a dar una última vuelta. Podemos entrar juntos en meta.” Le espero y pasamos juntos bajo la bandera de cuadros. Ya se ha terminado la prueba. ¡4 horas de prueba finalizada! Ray con 13 vueltas completadas (69km) y yo 15 vueltas (80km). ¡¡Todo un éxito!!
Y ahora, de camino a las duchas, un caldito calentito para reponer fuerzas por cortesía de la organización. Por cierto, hay que felicitar a la organización.
Según los resultados de ediciones anteriores pensaba que con 15 vueltas podría subir al pódium y todo, pero no, no llegué a subir al cajón, me quedé cuarta… En la categoría individual femenina participamos 12 patinadoras. La primera, del club Amaya, ganó con 17 vueltas en 4 horas y 7 minutos, la segunda de Marianistas con 16 vueltas y la tercera de Club Patí Barcelona con 15. Sigo pensando que mi resultado fue todo un éxito.
En resumen: una prueba que disfrutamos mucho, para repetir, bonita y recomendable; muchos retos conseguidos y sensaciones nuevas sobre las ruedas; los entrenamientos de Manteo funcionan.
Mi más sincero agradecimiento a todos los que me estáis ayudando en el día a día por vuestros pequeños y grandes consejos, que me acompañaron en cada tramo; me fueron de gran ayuda y sé que van a seguir siéndolos. Y gracias también por dejarme compartir mi experiencia con todos.
Texto: Aitziber Hernandez
Fotos: Club Patí Barcelona
4 comentarios
Buena crónica. Es un placer ver que disfrutáis en los patines, de verdad. Me quedo con las sensaciones que describes y con la mejora que percibes día a día.
Muchas felicidades.
Muy bonita crónica, esperamos que el año que viene poder compartir la experiencia con vosotros
Excelente crónica Aitziber y enhorabuena a los 2 por la carrera…
Preciosa crónica Aitziber! Lo has contado de bien! Es una prueba dura y también muy bonita. Enhorabuena por todo ese montón de vueltas!